Estrategias de crecimiento empresarial a través del talento

Estrategias de crecimiento empresarial a través del talento

Todos experimentamos un triángulo personal que contiene un equilibrio deseado en tres aspectos que se interrelacionan: recursos emocionales, recursos económicos, y la convicción de que habrá una mejora. Ello se extrapola al ámbito organizacional, y en este caso el triángulo responde a la idea de las empresas como lugares donde se estimule la construcción de recursos emocionales que den tranquilidad al colaborador, al tiempo que este cuenta con una buena remuneración, y comparte la visión de futuro de la empresa. Cuando no hay equilibrio en el triángulo, tampoco hay tranquilidad. El líder es el llamado a actuar para mantener la estabilidad.

 

Hay un tercer triángulo que debe ser tomado en cuenta dentro de las empresas: el triángulo profesional. Compuesto por las aristas de ambición, propósito y pasión que poseen los colaboradores. El líder debe evaluar si los integrantes de su equipo cumplen con estos tres elementos. Quizá hay personas con ambición, pero sin pasión por lo que hacen. Al final del día, el líder debe preguntarse si esa persona es útil a la empresa, si la está apoyando”

 

En el mundo actual, recomiendo que las empresas se enfoquen especialmente en la construcción de recursos emocionales, para bajar los niveles de angustia. Se trata de crear capacidades en los trabajadores, que se sientan de nuestro lado, inspirados y responsables con el propósito, al tiempo que cuentan con una mejor remuneración. La visión de futuro que se pueda proporcionar a los colaboradores es responsabilidad de la empresa y de sus líderes.

 

Que una empresa sea resiliente tiene mucho que ver con esto. La resiliencia se logra cuando la organización tiene las capacidades, la productividad y las soluciones. Una empresa con colaboradores asertivos y con necesidad de logro tiene la ventaja en una situación adversa de mercado o de economía.

 

Las cuatro acciones que las empresas pueden abordar para dar más peso a las competencias de orientación al éxito que deben poseer los colaboradores, aquellas consideradas no intelectivas, y que buscan una conducta resiliente en el equipo:  Orientación al cliente, relaciones responsabilidad y logro. Estas son fundamentales, porque a veces no se puede anticipar el problema, pero debemos preguntarnos si estamos listos o no para enfrentarlo. En este sentido, las empresas harían bien en crear un perfil de resiliencia, o determinar si acaso existe uno.

 

Los valores corporativos juegan un papel muy importante en este proceso de resiliencia. Lo importante en la organización es que se debe hacer un esfuerzo para que los elementos asociados a bienestar personal se transformen en una plataforma para la resiliencia y el éxito. Es algo que se construye, que se desarrolla con el tiempo en cada organización”, aseguró.

 

 

Confianza es el camino

 

La condición actual del líder venezolano es una muy particular, dada la situación especial del país desde hace mucho tiempo, que se resume en otro triángulo: pasado, presente y futuro. El pasado lo ha agotado, pero el presente le causa impaciencia, mientras le teme al futuro. Al mismo tiempo, debe administrar la resiliencia. Es un entorno en el cual es fácil perder la confianza.

 

Al líder venezolano le toca ir más allá de su entorno, ver las posibilidades del mercado en medio de las oportunidades, intuir que eso que desea es posible y que tiene la capacidad de que suceda. Pero no puede asumirlo por su cuenta; para ello, debe convencer a su grupo de colaboradores, que todos crean que es posible lograr la meta, y tomar acción. Se debe ampliar la zona de confianza de todo el equipo, bajar el miedo, minimizar la impaciencia, y dejar el pasado en otra dimensión. Los resultados devolverán la confianza y con ello las ganas de seguir adelante. Es responsabilidad del líder construir y mantener esa confianza. La dinámica del mercado venezolano lo exige.

 

– Iván Acosta –

Compartir: